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Cosas de mujeres

miércoles, octubre 01, 2008

Lamentable: ¡Se rifan tetas!

En tiempos de crisis, hay que afinar el ingenio para lograr llenar las discotecas argentinas. Eso ha debido pensar algún energúmeno -que cuando menos debería asistir a discotecas en las que rifen cerebros- ya que en este país varios de estos locales de ocio ofrecen participar en el sorteo de una cirugía para agrandarse los senos a quien compre una entrada olvidando que al poner una cirugía como premio se la banaliza porque al ser algo gratis, la ganadora puede no darle valor a los numerosos riesgos que va a correr. Así, no es de extrañar que una joven de 18 años afirme extasiada que "todas nos morimos por sacar el número ganador".
El fenómeno ha llegado a un nivel tal de degradación que incluso se ha celebrado una fiesta temática bajo el título 'Yo quiero mis lolas (tetas)' a la que acudieron miles de jóvenes.
Los implantes mamarios por razones estéticas representan la mitad del total de operaciones estéticas en Argentina. El coste allí de un implante mamario ronda los 10.000 pesos (unos 3.300 dólares) por lo que, a diferencia de otros países, las operaciones estéticas de implantes mamarios tienen un bajo coste. Así, muchos extranjeros visitan el país para provechar la calidad de los trabajos, además de lo económico. Pero la promoción comercial mediante absurdos sorteos de cirugías estéticas ha sido, como no podía ser de otro modo, duramente criticada por especialistas: "No se puede rifar un implante (mamario) como si fuera un electrodoméstico".
Y es que el implante mamario en manos expertas y gracias a los avances experimentados en la composición de las prótesis y en la planificación de la cirugía, es una intervención muy segura y satisfactoria; pero ¡no está exenta de riesgo! De ninguna manera. Dos de los riesgos más frecuentes son la contractura capsular (o endurecimiento de la mama) y el desplazamiento de las prótesis. La frecuencia de la contractura, no obstante, ha disminuido mucho: ha pasado del 24 al 1,2 por ciento en los últimos quince años; asimismo, el estudio exhaustivo del lugar de introducción y de colocación de los implantes ayuda a reducir el riesgo de desplazamiento.
Otra de las cuestiones que hay que tener en cuenta ante una operación de esta índole es la posibilidad de que aparezca un cáncer.
También, algunas mujeres pueden sufrir daño en los nervios que dan sensibilidad a la piel, y muchas experimentan anestesia total en el área del pezón o hipersensibilidad, que se manifiesta como dolor al menor roce.
Hasta el 9 por ciento de los implantes se vacían al cabo de tres años.
Otra investigación halló que 2/3 de los implantes estaban rotos (en mujeres que no reportaban ningún problema) y no es raro que la solución salina de los implantes se convierta en un caldo de cultivo lleno de bacterias.
Por supuesto, también, están las consideraciones estéticas: apariencia anormal, asimetría, consistencia desigual,... lo que puede llevar a desórdenes psicológicos importantes.
¿Contarán todo esto los payasos de grandes ideas de la discoteca a las jóvenes adolescentes a la compra de su respectiva entrada? Mucho me temo que no.