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Cosas de mujeres

martes, septiembre 23, 2008

La piel y el frío

Para las mujeres que viven en zonas con estaciones climatológicas bien marcadas la llegada del frío puede provocar problemas con nuestra piel. Los más destacables son labios secos, manos y uñas maltratadas, picazón en las piernas y sequedad en el rostro. Durante la temporada fría, pues, nuestra piel necesita de protección especial. Así, la Academia Española de Dermatología acaba de aportar una serie de consejos para cuidar y proteger nuestra piel de las agresiones del frio:
-Prevenir y combatir la deshidratación acentuada por el frío: hay que elegir una buena crema hidratante y para ello debe llevar componentes humectantes, que atraigan el agua dentro de la piel, como la glicerina, propilén-glicol, urea, lactato sódico, etc. y componentes con efecto oclusivo, que sirven de barrera, para impedir la pérdida de agua epidérmica, como son la lanolina, silicona y sus derivados, etc.
-Disminuir las arrugas superficiales: emplear cosméticos que contengan hidroxiácidos, retinol y/o vitamina C. Si están algo más marcadas: añadir cosméticos con péptidos, que disminuyan el tono muscular.
-Protección solar: Emplear el el fotoprotector a diario, cuyo índice de protección será más elevado si se realizan deportes de invierno, sobre todo, esquí.
-Añadir complementos orales con vitaminas antioxidantes del grupo A, B, C y E, que, aunque no reviertan en el envejecimiento, sí mejoran su apariencia.
-Si han aparecido manchas, emplear alguna sustancia despigmentante, bien añadida a un cosmético si éstas son suaves o indicada por el dermatólogo.
-No olvidar una limpieza cuidadosa, mañana y noche, eligiendo una limpiadora suave, que no aumente la agresión diaria que el frío ocasiona.
-Evitar en lo posible los cambios bruscos de temperatura al pasar de un ambiente caldeado por la calefacción al aire libre, con temperaturas muy bajas, pues ello aumenta la posibilidad de aparición de vasos dilatados con rojeces inestéticas.
-Disminuir la ingestión de alcohol y el consumo de tabaco pues, junto con el frío, disminuyen la vascularización cutánea con lo que aumentan las rojeces y la deshidratación.
Y es que l
a piel se seca por varias razones, la principal es por las bajas temperaturas, pero la calefacción también causa sequedad y a esto hay que sumar la baja humedad en el ambiente. Con las medidas tan sencillas señaladas podemos prevenir este tipo de problemas. Y a las que podríamos añadir, por ejemplo, la prevención de la sequedad en el hogar con un humidificador. Puede ser uno de los aparatos especiales que es lo que funciona mejor o sencillamente poniendo agua en recipientes abiertos en distintas partes del hogar, especialmente en el dormitorio.
Por cierto, recordar que la época otoño-invierno es sin duda la mejor para someterse a un tratamiento de rejuvenecimiento, tipo peeling o láser.
Y recordar que el clima frío a veces nos provoca el deseo de tomar más bebidas calientes. Eso está bien, lo malo es que a muchas nos da por tomar mucho café, una bebida diurética con la que cuanto más café tomamos más agua de nuestro cuerpo eliminamos. Al mismo tiempo el clima helado hace que consumir agua sea casi un reto. Y eso sí que es malo. Es muy importante mantenerse hidratada consumiendo suficiente agua. Generalmente se acepta que por cada kilo de tu peso tomes 35 ml de agua. Vale la pena. Ten en cuenta que por la acción del frío los vasos capilares se contraen y la circulación de los nutrientes y del oxígeno disminuye. Esto deshidrata la piel y las arrugas se hacen muchísimo más evidentes. La única salida para evitar esto es hidratar la piel con mayor frecuencia y al margen de ingerir mucha agua, aportarle productos con componentes más humectantes. El aceite de pepitas de uva y la vitamina E son algunos de los más recomendados. Un truco para que tengan mayor efecto es aplicarlos a través de masajes circulares ya que de esta forma penetran mejor.
Notarás que tu piel comienza a deshidratarse cuando sientas mayor tirantez y picazón, por lo que deberemos elegir la textura de los productos que usemos según nuestro tipo de cutis. Por ejemplo, a las dermis más oleosas les convendrá usar cremas no comedogénicas para evitar la aparición de granitos y de puntos negros. En cambio, las de cutis mixto pueden usar emulsiones. Las de piel seca tienen que aplicarse cremas más pesadas. Otro truco interesante para mantener nuestra hidratación es evitar lavarnos la cara con jabones neutros o de glicerina. Quitan el humectante natural que tiene nuestra piel y esto la reseca. Por eso, conviene usar jabones líquidos. Y todos los que tienen aloe vera, ya que calman la irritación y el enrojecimiento que suelen provocar el frío y el viento.
Algunas zonas, como los brazos y codos (expuestos a constantes roces) y las piernas, desde las rodillas hacia abajo (donde la circulación tarda más en llegar) sufren más la deshidratación invernal. A esto se le suma que a medida que pasan los años la piel del cuerpo se deshidrata con mucha más facilidad. Es por ello que se recomienda humectar la piel después del baño que es cuando los poros están más abiertos y por lo tanto las cremas penetran mejor pudiendo usar una emulsión hidratante y afirmante con té verde, láctatos, vitaminas y oligoelementos. Todos ellos ayudan a evitar el envejecimiento prematuro. Los aceites corporales también resultan una buena opción humectante para después de la ducha. En el mercado se consiguen a base de emolientes naturales como vainilla, chocolate, naranja, durazno o papaya.
También es época de prestarle más atención a las medias y zapatos cerrados ya que aceleran la sequedad de los pies. Por eso los dermatólogos aconsejan exfoliarlos primero con cremas microgranuladas y luego hidratar con productos a base de urea. En cuanto a las manos, la mejor alternativa es evitar el lavado constante. No sólo el detergente sino también el PH de los jabones de tocador las deshidrata. Y usar cremas específicas con componentes naturales como la manzanilla.
Conclusiones importantes: Bebe por lo menos dos litros de agua diarios ya que la hidratación debe comenzar desde dentro hacia afuera. / Evita usar agua muy fría o muy caliente en el baño. Esto traumatiza la piel y puede causar el rompimiento de vasos sanguíneos. Usa agua tibia. / Si está en tu mano regularla, lo ideal sería intentar bajar la temperatura de la calefacción a niveles razonables que estarían alrededor de los 20 grados centígrados. / Mantén la humedad natural de la piel aplicando un producto hidratante, en crema o en jabón. No te olvides de poner la crema hidratante en las manos. Puede ser la misma que se usa en el cuerpo o en el rostro. Las manos son la parte del cuerpo que más están expuestas a la acción del tiempo y, por eso, merecen protección redoblada. / Como elementos naturales para contribuir a este estado es esencial incorporar al régimen alimenticio vitaminas de frutas frescas de temporada invernal, a ser posible ingeridas con su piel, pues es aquí donde almacenan su riqueza. / Y además del frío, en esta época hay que tener en cuenta el viento que incrementa aún más el efecto de congelación de la piel. Por ello es muy importante rehidratarla.